La Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) ha formado a lo largo de sus más de cincuenta años de existencia técnicos idóneos capaces de incorporarse al circuito de la industria de la Argentina y Latinoamérica; artistas comprometidos con el desarrollo y actualización del lenguaje audiovisual; profesionales que responden a un ideario de país, donde la diversidad se constituye como base de exploración de los discursos que dan cuenta de la cultura nacional.
Para ello y a través de la Secretaría Académica se ha puesto especial atención en la formación de sus alumnos, exigiendo y proponiendo alternativas formativas en las distintas especialidades de la industria audiovisual: Realización, Realización Integral, Producción, Guión, Fotografía, Montaje, Sonido y Dirección de Arte-, atendiendo a una característica distintiva: cualquiera de éstas áreas de conocimiento solo puede ser entendida como parte de un proceso colectivo, en donde cada especialidad se completa mediante la integración de las partes.
Formar un alumno, es para la ENERC, un proceso incompleto si no se articula con una conciencia de pertenencia a un grupo. Esta premisa se ha cumplimentado a través de variados recursos académicos y formativos, convocando a profesionales de la industria capaces de ofrecer una experiencia real, pero fundamentalmente entendiendo que lo que aglutina a las diversas especialidades no es la simple sincronía de sus saberes sino la capacidad para pensarse como miembros de una categoría común: la de cineastas.
Para sostener la cualidad de este ideario se ha desarrollado un diseño curricular polimodal donde se parte de una formación generalista en su primer año, en el cual todos los alumnos independientemente de su especialidad de ingreso acceden a los contenidos de todas las áreas y desarrolla en los años subsiguientes los contenidos particulares de su especialidad.
En una industria donde la factibilidad de los proyectos compromete, quizás como en ninguna otra de manera tan extrema, saberes técnicos, ideológicos, artísticos, comerciales, económicos y financieros, la especialización sólo puede ser el resultado de la integración de la diversidad de los saberes particulares.
En el caso de las Sedes Regionales, el diseño de un nuevo modelo formativo se hace necesario. En este sentido, el planteo de establecer un modelo regional de enseñanza, está acorde a las demandas de las distintas regiones y a las posibilidades que tiene el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de aplicar la experiencia acumulada en más de cincuenta años de formación continua en el ámbito audiovisual.
Solo a partir del diseño de un Programa Académico sistemático, integral y sostenido en el tiempo pueden producirse cambios que permitan la modificación de este horizonte de expectativas. Sistemático, porque se articula considerando una formación de cara al conjunto de las exigencias de la actividad profesional, es decir, replica un itinerario educativo que esté atento a las normas y procedimientos técnicos y artísticos de la actividad audiovisual en el marco regional, nacional e internacional.
Integral, porque a partir de la concepción de un programa polimodal y mediante una equilibrada carga de las materias teóricas y prácticas, propone la articulación de módulos que atiendan a:
a) la obtención de saberes en tanto conceptos, herramientas y procedimientos;
b) la ejercitación de las capacidades obtenidas;
c) la exploración de las especialidades en el ámbito de las búsquedas personales;
d) la incorporación teórica de los modelos artísticos y productivos que permitan constituir una identidad propia del lenguaje, en un horizonte de diversidad.
Sostenida en el tiempo, porque propone un esquema de educación formal de excelencia académica, con el objetivo de integrar las distintas promociones al circuito profesional, retroalimentándose a partir de la producción de contenidos que puedan sostener su pertenencia a la región no sólo como productores de discursos sino también como futuros formadores.