Declaración del Consejo Académico Federal de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
«A la comunidad nacional.
Previo a la realización de las elecciones nacionales para elegir entre otras autoridades al Presidente y Vicepresidente de la Nación, los y las integrantes de esta comunidad educativa nos vemos en la obligación de hacer pública nuestra extrema preocupación por los dichos de algunos candidatos y referentes de espacios políticos que amenazan con el cierre del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de nuestro país.
Entendemos que en plena campaña electoral se opina con desconocimiento e irresponsabilidad respecto de temas que se expresan en tono de malicia, comunicando a la sociedad un mensaje de odio que esta Institución no comparte, no fomenta y no merece.
Nuestro país se ha logrado destacar entre los países de la comunidad internacional por su producción audiovisual gracias a una combinación virtuosa del talento de quienes trabajan en la producción de los contenidos y del impulso que, históricamente, las políticas públicas le han dado a esta industria.
La industria cultural audiovisual argentina no sólo nos enorgullece y nos representa. Además, genera trabajo directo e indirecto en una enorme cantidad de servicios asociados.
Este maravilloso país del fin del mundo no solo ha tenido premios Nobel y campeonatos de fútbol, el cine nacional es permanentemente distinguido y multipremiado internacionalmente.
Para alcanzar ese nivel de relevancia tenemos, como en casi todo el mundo, una política pública activa que ha beneficiado largamente al desarrollo de la producción nacional. Cada uno de nosotros tiene el recuerdo personal de lo que ha vivido con relación a la emoción y el orgullo que le han dado nuestras películas.
El motor de esa política pública ha sido el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales que desde hace 65 años promueve la creación de nuestros productos audiovisuales, la creación de nuestra representación. Un espejo artístico en el que podemos mirarnos y que nos devuelve una imagen de nosotros mismos, una imagen que a veces nos gusta más o menos, pero que claramente siempre es nuestra. Son nuestras historias. Las que nos unen, nos representan y nos proyectan.
Quizás el gran público no lo sepa, pero es esta política pública la que desarrolla a nuestro sector y sin ella, esta representación en el corto o mediano plazo desaparecerá. Los países que han desarrollado una industria audiovisual lo han hecho con políticas públicas de fomento. Mejorar y fortalecer estas políticas nos llevarán a un mayor desarrollo. Los que proponen terminar con el INCAA, proponen terminar con nuestra industria. Hay países sin ciencia. Hay países sin cine. No queremos pasar a formar parte de esa lista.
Dentro de la política pública del INCAA no solo se fomenta la producción. Se guarda nuestra historia, nuestra memoria y nuestra identidad en archivos audiovisuales y gráficos, se promueve la difusión de nuestra producción en todo el país y, simultáneamente, en nuestra escuela, la ENERC, desde hace 58 años, se forman profesionales que alimentan las nuevas camadas de trabajadores y trabajadoras de la industria audiovisual argentina.
La ENERC es una aliada de la industria audiovisual argentina y parte de su desarrollo federal. Nuestra escuela, con sus ocho sedes, está presente en todo el país. Promovemos la formación y desarrollo de técnicas y técnicos del cine en todas nuestras regiones, generando espacios viables para el surgimiento y desarrollo de nuevos centros de producción local, que cuentan sus historias en el tono de cada región.
Cerrar el INCAA es cerrar la escuela. Es simultáneamente, finalizar con una historia que nos enorgullece como argentinos y terminar con las posibilidades de futuro para miles de estudiantes y trabajadores del sector audiovisual nacional.
Algunos candidatos y sus voceros le mienten a la sociedad. El dinero con el que el INCAA sostiene sus actividades no viene de los impuestos nacionales. A lo largo de su historia el INCAA se financió con impuestos específicos, incluidos en la entrada del cine, en el alquiler de videogramas y en una proporción del canon que pagan las empresas privadas de televisión. No le sacamos dinero a los jubilados, ni a los niños, ni a la salud, ni a la seguridad para producir nuestras películas. Al contrario, los graduados que formamos aportan al desarrollo económico del país.
El dinero que financia el desarrollo, la producción, la conservación de la memoria y la formación de nuevos talentos en todo el país, se paga con un impuesto que tributa la propia actividad audiovisual.
Pretender dar fin a esta política virtuosa que ha dado tantos buenos resultados, a lo largo de tantos años, es un crimen contra la cultura nacional.
Convocamos a estos actores políticos que pretenden asumir la conducción del destino de nuestra patria a reflexionar, informarse correctamente, a corregir sus posiciones, a disculparse públicamente ante la sociedad y a participar de un debate serio sobre el desarrollo de nuestra industria audiovisual nacional para el cual, ponemos nuestra escuela a disposición.
Esperamos contar con la solidaridad y el apoyo de la industria audiovisual nacional y de todo el sector cultural, así como de todos aquellos y aquellas que aspiren al desarrollo del país, a la promoción de la cultura y al fomento del trabajo argentino.«
Consejo Académico Federal de la Escuela Nacional de Realización y Experimentación Cinematográfica. 6 de septiembre de 2023.